lunes, 25 de abril de 2011

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A veces le das tanta importancia a cosas que realmente no la tienen, que pierdes la noción de la realidad. Pierdes momentos preciosos que no podrás recuperar nunca, lo peor es que cuando te quieres dar cuenta ya es demasiado tarde; demasiado tarde para volver atrás, para disfrutarlo, para aprender de ello...
¿Pero sabes qué? No lo pienses más, deja de arrepentirte, que si esos momentos ocurrieron una vez, volveran a ocurrir. Pero esta vez, parate un sólo segundo y piensa que ese es uno de esos, que por estúpideces algunas veces pasan desapercibidos, pero esta vez no lo dejarás escapar. Disfruta, grita, canta, rie... sé feliz. Pero esto no es cosa de uno solo, es cosa de dos, tres... un millón. Conoce gente, sal, diviertete... pero recuerda quien entra y sale de tu vida, pero los más importantes son los que se quedan y la marcan para siempre. Son esos instantes junto con esas personas que dejan huella en ti, los que no debes desperdiciar por nada del mundo, eso es lo que hace que la vida merezca la pena

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